Desde muy joven, Federico García Lorca había mostrado su sensibilidad para las artes interesándose por la música y la pintura, aún antes que por la literatura, pero se dedicó finalmente a la poesía y al teatro uniendo ambos géneros mediante una simbiosis que los entremezcla y los hace inseparables en la obra lorquiana, donde los poemas adquieren un evidente tono dramático y donde los dramas son poesía.
“Yo he abrazado el teatro porque siento la necesidad de la expresión en la forma dramática. El teatro es la poesía que se levanta del libro y se hace humana. Y al hacerse, habla y grita, llora y se desespera”, Dirá el autor.
En 1.936, con treinta y ocho años recién cumplidos, Lorca termina de escribir La casa de Bernarda Alba, final y cima de una trayectoria dramática que se abre a un modo de mayor desnudez, esencia y profundidad de hacer teatro.
Esta tragedia, que podría haber sido la primera del ciclo de plena madurez del dramaturgo, la primera de una más intensa y universal dramaturgia, fue la última obra de Lorca por el destino impuesto brutalmente, su asesinato.
El tema de La casa de Bernarda Alba es el enfrentamiento entre el principio de autoridad encarnado en Bernarda y el principio de libertad representado por las hijas. Pero junto a ese tema central aparecen tratados, en mayor o menor medida, otros como la injusticia social y la hipocresía.
“Un pueblo que no ayuda y no fomenta su teatro, si no está muerto, está moribundo. Como el teatro que no recoge el latido social, el latido histórico, el drama de sus gentes y el color genuino de su paisaje y de su espíritu, con risa o con lágrimas, no tiene derecho a llamarse teatro, sino sala de juego o sitio para hacer esa cosa horrible que se llama “matar el tiempo”. Dijo Lorca.
A partir de aquí, y gracias a esta reflexión del autor, las coreógrafas Meritxell Barberá e Inma García dibujan su propia versión del drama de La casa de Bernarda Alba, entre la danza y la literatura, para presentarse dentro de la programación del Encuentro con Escritores en San Miguel de los Reyes.
Música original: David Barberá (Caldo)
Producción y espacio de residencia: Monasterio de San Miguel de los Reyes, València
Coproducción: Dirección General de Cultura y Patrimonio. Conselleria de Educación,
Cultura y Deporte y Taiat Dansa.