Vamos a hacerte bailar: Persiguiendo a Patti Smith

Hemos perseguido a Patti Smith por todas las sendas de su mito durante más de dos años. No se sabe bien si con la obstinación del niño crédulo, o con la obsesión de los enamorados. Porque si el sueño originario era que Patti Smith de alguna manera se materializara, en la actualidad sólo nos interesa fabricar su desmaterialización.
 
Precisamente se puede hablar de Patti Smith desde la danza porque ella se nos presenta siempre huyendo, en continuo movimiento. La imposibilidad de atraparla y tener que bordearla se vuelve una danza, nos mueve el deseo de conocerla. Esta pieza da muestra de la búsqueda incansable que durante tanto tiempo nos ha llevado a movernos con el anhelo de conocerla.
 
La figura de Patti Smith se nos presenta como un icono huyendo, como la ninfa escabulléndose del cuadro. De manera que todo gira en torno a este deseo, al deseo ya frustrado, de conocer en persona a Patti Smith con el objetivo de acercarla a la danza.
 
Tras esta perseverante búsqueda nos obstinamos en hacer una pieza de danza sobre alguien que se presenta reacia a la danza y en vertiginosa huida. Dos personas en escena, cómplices de su mismo deseo, confabulan y traman con su cuerpo delirante como escudo. Pero Patti Smith también baila en esta pieza, la inmaterialidad de su presencia se cuela por las rendijas del espacio, su fantasma baila y su voz llena la escena entre las sombras.
 
La danza expresa toda esta idea de trepidante exterioridad manifiesta en la construcción del mito de Patti Smith. Al resultar imposible el empeño de conocerla, sólo podemos reflexionar sobre esta conducta icónica y de apariencia. Hasta el punto de convencernos de que esto es lo más relevante en ella, la Patti Smith de lo icónico, que sólo existe en la lejanía, la que la convierte en el personaje que ella misma ha confeccionado, de manera milimétrica. Cuanto más difícil se hacía la posibilidad de conocerla, más cercana y presente se ha hecho su figura.
 
La danza de esta pieza se presenta en ocasiones como un sistema de signos, reconocibles y sujetos a un momento, a una representación de los detalles más íntimos y a la vez tan públicos de la tradición del mito que representa Patti Smith.

Idea, dirección y coreografía: Meritxell Barberá & Inma García.

Dirección dramatúrgica: Roberto Fratini.

Música original: David Barberá (Caldo).

Música: Patti Smith y Monteverdi.

Trabajo audiovisual: Josep F.Sanmartín, Juan Mi Ponce, Mikel Labastida, Alejandra Mora, Daryna Kratenko, Sergio Sanisidro, Juan López, Rocío Garriga y Sergi Palau.

Vídeo Mapping: Sergi Palau

Diseño espacio escénico: Josep F.Sanmartín (Pequeño Dragón), Taiat Dansa y Roberto Fratini.

Construcción espacio escénico: Josep F.Sanmartín (Pequeño Dragón) y Rocío Garriga.

Fotografía: Juan Miguel Ponce.

Vestuario: Taiat Dansa y Siemprevivas.

Producción y difusión: Maríaje Mercader.

Comunicación y social media: Andrea R. Lluch.

Promoción: Inventa.

Coproducción: Teatres de la Generalitat Valenciana, Ministerio de Cultura de España (INAEM), Embajada Española en Nueva York, Baryshnikov Arts Center de New York, CPR Studio Brooklyn de New York, Festival Tanz im August de Berlín,Mercat de les Flors de Barcelona, Valencian International University (VIU) y Escola d’Art i Superior de Disseny de València (EASD).